13 enero 2006

Ella no lo haría


Rescato el mensaje que escribí en la madrugada del día 30 de diciembre, y que no pude publicar por tener problemas con la conexión:

Son las 4:06 de la madrugada. Y aunque vengo de estar liado con unos amigos, persisten en mí las ganas de escribir. Así pues, me cambio, me pongo cómodo, me enciendo mi cigarro (en la casa de uno mismo se puede seguir fumando, ¿no?) y, de repente, a 20 horas para la llegada del 2006, intento hacer un balance de lo que ha supuesto este terrible año 2005 y el nuevo siglo en general.

"Lo siento, pero no puedo continuar con el ritmo que me imponéis", debió pensar la Tierra (en el caso de que ésta pudiera albergar algún tipo de pensamiento) al dar comienzo el Siglo XXI. Lacas, insecticidas, emisiones exageradas de CO2, armas sencillitas, armas blancas, armas de destrucción masiva (que no creo que las tenga Irak, por cierto), muertes por el terrorismo, muertes por la violencia doméstica, muertes por accidentes de tráfico, muertes por desastres naturales, muertes por ajuste de cuentas, muertes por equivocación (las mafias, que se ciegan), el SIDA que se expande día a día, las torturas, la pedofilia, jefes del mundo que proponen accionar una tala de árboles indiscriminada para prevenir incendios (te quedas sin oxígeno, pero oye, eficaz es un rato), la explotación del turismo sexual infantil, niños trabajando a destajo a sus 7 años... y la rabia que en este momento recorre cada poro de mi cuerpo, sintiendo náuseas de pensar que los occidentales somos gente, en muchas ocasiones, despreciable, odiosa y consumista. Avariciosa, poco comprometida y malacostumbrada.

El huracán Katrina, el Wilma, el suceso imparable y, por consecuencia, desastroso de Pakistán, confirman fervientemente el cabreo de la Tierra tras años de represión. A finales del 2004, todos vivimos un episodio fatal para muchas personas que subsistían como buenamente podían en el Sudeste Asiático. Y así, comenzaba una época de desastres naturales que realmente me hace sospechar que la Tierra, sino pensamiento, tiene por lo menos alma. Ecológicamente hablando, nuestro planeta tiene los pulmones grises, quemados, ahorcados, debido a la avaricia e ignorancia derivadas de las acciones del ser humano. Avaricia por sacar el máximo rédito posible a una acción con unas consecuencias fatídicas, la desaparición de cientos de hectáreas diariamente. Y la ignorancia, o hacerse el tonto, que en muchos casos es el arma de camuflaje que utilizan algunos jefes de Estado.

Respetémonos, y brindémosle a la Tierra el cariño y cuidado que merece, pues gracias a ella existimos. Feliz año y paz para todos.

10 enero 2006

Björk, genio y figura


Musa para unos, odiada o ignorada por otros, Björk, la cantante y presunta actriz islandesa (recordémosla en el papel de la película de Lars Von Trier), es considerada como el personaje famoso más excéntrico, según una encuesta de la emisora británica BBC. Su sentido de la moda, patética según servidor, Doctor Honoris Causa en Ciencias del Estilismo por no pocas universidades, y su comportamiento estrafalario, la han hecho acreedora a ese puesto. En la lista también están los cantantes Ozzy Osbourne y Elton John, este último ya felizmente casado no hace mucho (recordemos la superlativa boda gay del año).

Atendiendo a la competencia, orgullosa debe estar Björk de tan honorable galardón, esta no era “moco de pavo”, no, Ozzy y Elton no lo son, no son “moco de pavo” ni mucho menos.

El citado Ousborne, para muchos, según apuntan varios rumores, hijo bastardo de nuestro Bertín, no es sino el carismático líder de la mítica banda de metal duro “Black Sabbath”, bautizado por muchos como el “Príncipe de la Oscuridad”, Ozzy no deja indiferente a nadie.

Por ello, no es otra mi intención, que rendir mi más sentida enhorabuena a la cantante, gracias por brindarnos tan buenos momentos, nada sería igual sin usted. Larga vida.

Pobre Michael

Los juzgados de Norteamérica vuelven a tener la oportunidad de recibir a su cliente más insigne, el inigualable Michael Jackson. El que fuera cabeza visible de los Jackson 5, posteriormente coronado como “Rey del Pop”, y quirúrgicamente transformado en un respetable “hombre blanco”, acumula demandas por doquier.

Corriendo un tupido velo sobre su misteriosa absolución como presunto abusador de menores, ahora es su veterinario quien se apunta a la moda, en concreto, el que cuida los animales exóticos que el artista aloja en su rancho californiano de Neverland.
Martin Dinnes, dueño de un hospital veterinario, es el último quebradero de Jackson. Según la denuncia, Dinnes acusa al cantante de no pagarle sus honorarios por cuidar los animales del zoo de Neverland. En concreto, reclama más de 80.000 dólares por sus servicios. De hecho, Dinnes ha ayudado a Jackson a conseguir algunas de las jirafas, flamencos, elefantes y monos con los que el cantante comparte casa. or lo visto, los pobres animalitos arrebatados de su hábitat natural, todo sea por una buena causa, sobreviven en un ecosistema donde no hay comida y la luz ha sido cortada. Sin embargo, Jackson no pone un pie en su mansión desde el pasado mes de junio.

También se sospecha que tanto abogado y tanto lifting ha provocado la bancarrota en el polifacético artista, así que su numeroso y enfermizo club de fans ha abierto un número de cuenta para que quien pueda y quiera, se solidarice con Michael y sus animalitos para salir de tan terrible situación: 55555555555555555555. También un número telefónico donde mandar sus mensajes de apoyo: 900 555 555.

Espero que la noticia les haya conmovido y ablandado el corazón, colaboren, cuando Michael sufre, todos sufrimos con él, Jackson somos todos.

El gran complot

Lady Di, personaje fundamental para entender la historia europea contemporánea, y el papel que en ella han representado las monarquías, vuelve a ser noticia. Los rumores sobre un complot para su asesinato se han disparado, y yo ya no entiendo cómo hay alguien que puede vivir sin saber qué pasó la noche del 31 de agosto de 1997, donde la princesa, de 36 años, y Dodi Al Fayed, de 42, fallecieron cuando el vehículo en el que viajaban a gran velocidad chocó contra uno de los pilares del túnel del Alma de París.

Se rumorea que estaba embarazada, que se iba a casar, que eso, Dios me libre, era un sacrilegio. Así que por lo visto, existe la descabezada aunque factible posibilidad, de que Carlos alias “Oreja” de Inglaterra, tuviera cierta responsabilidad en tan terrible suceso.

Especulaciones al poder he aquí la mía propia, nunca se va a averiguar lo que realmente sucedió, si fue Carlos, la reina madre o Teresa de Calcuta que en paz descanse, es el afán de unos por vender periódicos y de otros desesperados empujados por el multimillonario Al Fayed padre, quienes no dejan en paz el descanso de “Do” y “Di”, qué pena. Caso cerrado.

Corto y cambio

La verdad, parece otra vida. Y eso que sólo he estado 9 meses en Radio Buñol como becario, pero han sido días arduos y gratificantes como periodista amateur. La radio me ha enseñado otro manera de comunicarme. Porque la radio no está, ni mucho menos, tan jerarquizada y estructurada como pueden estarlo la prensa y la televisión. Es un mundo efímero, libre, con muchos matices, en el que estás en directo segundo tras segundo, y en el cual las palabras y la música se funden en una misma onda que viaja a través de las antenas para darles los buenos días a tus oyentes, dedicarles una canción o, simplemente, locutar un informativo serio y con rigor.

9 meses que ya he dejado atrás, justo al comienzo de año. Abandoné la radio por los estudios, decisión aceptada con mucho jolgorio por parte de mi novia (por mi liberación del trabajo) y que realmente me hace sentir un hombre un poco más libre, pero menos productivo y trabajador. De todas formas, en la parrilla continúa sonando todos los martes el programa de música que conjuntamente radiamos Pablo, Jorge y yo.

Intentaré repetir la andanza en los micrófonos de Radio Buñol, y si no puede ser, pues en la cadena COPE, que aunque no vayas muy preparado, se puede insultar, difamar y calumniar sin peligro de denuncia.

Enlace: www.radiobunyol.com

Maldito 2006

Odio el número 6, es algo superior a mis fuerzas, superior a mí. Nunca me he llevado del todo bien con este número, desde que entramos en el nuevo milenio hace ya la friolera de casi seis años temía la llegada de este, el 2006.

Desde muy joven, concretamente a los seis años, cogí seis resfriados que me llevaron al hospital por seis veces, permanecí ingresado seis días cada vez y perdí seis kilos, para mayor tortura la comida era demencial y nunca llegaba a intimar con mis compañeros de habitación ya que tenía uno por día, lo que hacía un total de seis por vez ingresada, y un global de seis sumado a seis, seis veces.

No es ni será nunca mi número mágico, espero que sea algo personal, ya que ni a mi peor enemigo le deseo esta tortuosa relación que vivo con el seis. En sexto de educación primaria me enamoré seis veces de seis chicas diferentes, recibiendo sendas calabazas de cada una de ellas, seis en total, lo que se traduce en seis fracasos sentimentales a tan pronta edad, y eso frustra a cualquiera. Además los libros no eran lo mío, cada semestre suspendía seis asignaturas, y los seis profesores me decían lo mismo: “seis son demasiadas”, y yo intentándome disculpar. Pero mucho peor era llegar a casa y recibir seis bofetadas de mi señor padre, una por suspenso, quién le iba a explicar que no era yo, sino el seis. Por supuesto, repetí sexto seis veces.

Ya en edad adulta andando por la calle 6 de Nueva York, una fuerte ráfaga de viento se llevó mi bufanda y ya nunca más la volví a recuperar, compré otra y lo mismo me pasó al día siguiente y volví a comprar otra y así hasta seis, seis ráfagas de viento, seis bufandas, una por día, en los seis días que pasé en Nueva York.

Contar todas mis desgracias con el número seis como protagonista sería un suplicio tanto para mí como para ustedes, así que abandono ya, gracias por ejercer de psicólogos y cuidado con el nuevo año, llévenlo lo mejor posible, yo haré lo propio, feliz 2006.

Similitudes y diferencias

Hola. Estoy pensando en Kate Moss... Sinceramente, Kate era famosa, pero no tanto, porque el personal se decanta mayormente por Ana García Obregón. Resulta que a Kate la pillaron esnifando cocaína y se montó un pollo tan tremendo que todo el mundo pensó que la carrera de la modelo, como tal, claro, se había acabado. Pues va a ser que no. La cotización de la gran Kate ha subido tanto que va a ser la imagen de una poderosa compañía telefónica y acaba de aparecer en la portada de una revista tan exquisita como “Vogue”, en general aquí el personal se decanta por el “Hola”, pero todo parece apuntar a la consagración mediática de la “esnifante”. Casi seguro que en las oficinas de “Vogue” no se permite fumar, que los redactores deben salir a la calle a echar un cigarrito.... Miremos pues, a Kate Moss. Según “Vogue”, esa “belleza escandalosa”.
No se por qué, la Moss me recuerda a Farruquito. Casi nadie conocía a Farruquito, un buen bailarín de flamenco, ¿y ahora?, para ser conductor de primera, acelera, acelera.

Obligación cumplida

Era cuestión de horas que el ministro de Defensa destituyera al teniente general jefe de la Fuerza Terrestre, José Mena, por sus impropias declaraciones en la pascua militar. Las normales relaciones entre el poder político y un Ejército dentro de una democracia imponían esa sanción, oportuna y rápidamente aplicada, que zanja la cuestión y que recordará a todos lo que aparentemente olvidó el general destituido: que también en la Constitución se establece que el Gobierno, y no el Ejército, dirige la administración de este y la defensa del Estado. Que el Gobierno, por imprevisión o lo que Dios quiera, haya errado en su enfoque del proyecto de Estatuto para Cataluña y creado problemas innecesarios es otra historia.

A ver si nos aclaramos

Al menos el 59,6 por ciento de los españoles creen que hay “demasiados inmigrantes” en este nuestro país, según señala la última encuesta del CIS, donde se dice que para cuatro de cada diez ciudadanos la inmigración es el principal problema de España, sólo por debajo del paro. Además, la mitad de los españoles opinan que los sueldos bajan con la incorporación al mercado laboral de extracomunitarios, aunque su llegada permita cubrir puestos de trabajo para los que no hay mano de obra.

Sin embargo, se ha normalizado la inmigración en la vida diaria de los españoles hasta el punto de que casi ocho de cada diez encuestados abogan por conceder a los inmigrantes los mismos derechos que al resto de la población. De lo que cabe deducir que el “problema” ya no lo es tanto, ¿o sí?, he aquí la paradoja.