15 septiembre 2006

La triste historia de Mota de polvo


Un día cualquiera me vi depositada en un coche debido a una ráfaga de viento y a que dicho automóvil tenía las ventanillas abiertas. Me deposité en la alfombrilla trasera derecha, y la verdad, tuve un existencia un tanto pueril pero alegre durante los 6 meses en que estuve allí y nadie me molestó. De vez en cuando, algún intruso, se apoltronaba en el asiento trasero y con sus pies me pisaba y arrastraba, aún así, yo me aferraba lo más fuerte que podía a la alfombrilla para resistir la sacudida. Eso me llegó a pasar hasta unas cinco veces, pero todas ellas superé la embestida. Para que veáis que la vida de una mota de polvo no es tan sencilla de lo que parece. Yo hasta el día en que llegué al auto, había estado en multitud de lugares exóticos. Desde una chimenea de piedra pulida allá por el sur, hasta en el Rólex de un famoso, pasando por varios chiringuitos de la costa levantina. Todo un frenesí de aventuras e historias por contar. Pero lo peor que hice en toda mi vida, fue colarme por la ventanilla de aquel coche. Porque el día en el que el dueño se dispuso a limpiar el auto por fuera y por dentro, yo sabía que el fin se acercaba. Y efectivamente, enchufó aquel maldito aparato succionador y vi como quería empezar por la parte de detrás. Lo veía, veía aquel mango de plástico de color oscuro que se acercaba a mí. De un plumazo, se llevó miles de motas de polvo que tenía alrededor. Y yo estaba cerca, tan cerca, que seguidamente me vi aspirada por aquel aparato circular y fui depositada junto a miles de millones de motas de polvo iguales que yo.

Esta ha sido la triste historia de Mota de polvo, pero de todas maneras, todo el mundo debería saber o conocer la inutilidad de su vida. Todo el mundo estudia, para trabajar luego y convertirse todo en rutina. Dormir, trabajar, comer, dormir. Y follar. Cierto, algunos hasta follar. Así es la vida, de los cantantes, y de los actores, de los profesores y de las putas. Aquí no se salva nadie. Todo es una gran inutilidad. Vida, es igual a inutilidad. Somos inútiles, allá donde vayamos, nuestra vida será una monotonía continua, en la cual nada tendrá importancia.

PD: Hoy estoy muy pesimista y muy poco lúcido, pero me apetecía escribir.

14 septiembre 2006

Cualquier tiempo pasado siempre siempre fue mejor


¡¡Extra, extra!! Por lo visto, unos científicos Sioux han descubierto un nuevo tipo de cáncer que al parecer, y por motivos aun desconocidos, sólo afecta a entidades deportivas, eso sí, de todo tipo y de todo el mundo.

Lo han llamado cáncer de espíritu, y el primer caso fue observado este año en Japón, durante el mundial de basket. El conjunto del Tío Sam tenía muchas papeletas para llevarse el oro preciado, que a la postre, hubiera conseguido restablecer la dignidad y el orgullo perdidos en su mundial de Indianápolis en 2002. Recordemos jugadores como Levron James, Wade, "Caramelo" Anthony, Chris Paul. Todos ellos son la viva imagen de que la NBA cada vez aporta más y mejores jugadores al mundo del baloncesto. Efectivamente, mirando sus características y sus porcentajes individuales, el equipo yanki era el mejor de largo. Pero no supieron jugar en equipo. En ninguna defensa de Estados Unidos vislumbré una ayuda por parte de un compañero a otro, tampoco se les veía muy lúcidos cuando querían entrelazar una jugada de 3 ó 4 pases. Y si llegaron a semifinales, fue precisamente por las geniales individualidades del equipo. Pero tenían cáncer de espíritu, y de momento, no se le ha encontrado ninguna vacuna. En fin, lo importante es que España hizo un papelón, y el mundial nos lo llevamos a casa.

Pero ahora vamos al escalofriante caso que me quería referir. El cáncer de espíritu ha llegado a España, y se ha trasladado del basket al fútbol, afectando precisamente al equipo con el cual me identifico desde que no levantaba un palmo del suelo (la tradición familiar, amigos, es dura pero llevadera y al final te acabas acostumbrando. Es más, luego tú se la implantas a tus hijos): el Real Madrid. Los merengues sabemos y somos conscientes de que lejos queda ese recuerdo de la 9ª Copa de Europa, cuando teníamos ese equipo semiperfecto y que, para más inri, la ganamos goleando a uno de nuestros mayores rivales con una contundencia que asustaba, el Valencia CF.

Los días de Florentino ya estaban contados. Y la situación que dejaba tras su marcha no era muy alentadora. Y, tras una campaña dura y reñida por luchar a ser aspirante a máximo dirigente de la entidad blanca, llegó Calderón, el superhombre que con cinco fichajes quería lavar la cara al equipo. Pero no lo ha conseguido, y mira que en solo uno de ellos invirtió 26 millones de euros (hablamos de Diarra). La primera semana de Liga empataron con el Villareal (empezamos mal), después ganaron con relativa facilidad al recién ascendido Levante por 1 a 4 (resultado lógico) y el primer partido de la Champions League que disputaba el Real Madrid hoy, lo ha perdido por dos goles a cero, pudiendo haber llegado casi a los seis. El Madrid ya no es un equipo fuerte, ya no es esa entidad que intimidaba a los clubes europeos como antes, ahora esa papeleta la tiene el Barcelona. Sí, se han cambiado las tornas. Y de qué manera. Pero bueno, voy a lo que voy. El Real Madrid tiene un grave cáncer de espíritu, de una muy difícil cura, y que ni Capello con sus "italianadas", ni Calderón con sus fichajes estrella van a solucionar. Y el problema son los que han quedado de atrás. El germen del cáncer del Madrid es Helguera, es Salgado, es Raúl, es Roberto Carlos, e incluso Ronaldo. Ellos ya han pasado una etapa en el Real Madrid buena, pero se acabó lo que se daba. Ellos son los principales artífices de este cáncer, y hasta que el Madrid no le eche un par de huevos al asunto y los tire o los venda, la enfermedad va a continuar hibernando.

Sólo pido un poco de relevo generacional. Que no es tan difícil.

13 septiembre 2006

"Wish you'd hold that smile", de Minor Majority


Bueno, lo hice con Cash, por qué no hacerlo con Minor Majority. Aquí tenéis la demostración de todo lo que os dije antes. Que lo disfrutéis tanto como yo.

La doble M:

MM, el triunfo indie ha llegado


Bueno, retomo la escritura en nuestro blog personal (es de Jorge y mío) tras una muy larga pausa. Pausa debida a que hemos aprobado la asignatura que nos "obligaba" a escribir un post semanal. Pero hoy, 13 de septiembre, me he acordado de este blog, de lo que escribí en él, y qué queréis que os diga, me ha vuelto a apetecer derramar un poco de mí sobre el texto.

Podría hablar de muchas cosas (han pasado ya 7 meses desde la última entrada) pero lo único que me viene a la mente es el grupo que ahora mismo estoy escuchando, Minor Majority. Ellos son noruegos, y tienen dos albumes en el mercado, el último de este 2006, "Reasons to hang around". Cuando me hice con él por recomendación en un foro de música, jamás pensé que me encontraría con esta joya. Cuando percibía los primeros acordes de "Wish you'd hold that smile" sabía que algo grande se me venía encima. Algo enorme. Tan enorme que un escalofrío me recorría cada poro de mi cuerpo conforme avanzaba el track. Por supuesto, huelga decir que no sólo la primera canción es superlativa, el disco va en aumento y nos topamos con perlas del calibre de "Come back to me", "You were saying", "Supergirl" y "No particular girl". No tengo ninguna duda (salvo alguna inesperada sorpresa) de que este se va a erigir como mejor disco del año 2006 para este que escribe. Y tranquilos, no se me olvida deciros lo que estos chicos escandinavos saben hacer. Su pop dulce y su folk suave harán las delicias de muchos.