14 noviembre 2008

Tanned Tin: el jueves de las olas perfectas

Aunque dos colegas y yo solo pudimos asistir un día de los cinco que dura el festival, pudimos descubrir que lo que se decía en los foros sobre el Tanned Tin de Castellón era cierto: calidad del cartel, tranquilidad (estuvimos sentados en las butacas situadas en la primera fila y nadie, repito, nadie, parecía darse cuenta de toda esa fila de asientos tan valiosos que permanecían vacíos a la espera de algún mitómano) y buen precio (30 euros por ocho actuaciones, tres de ellas de un gran nivel).

Lo de ayer fue terrible por la resaca pero genial y memorable por las actuaciones y el contexto: conocimos a un no-músico de la corporación La Orquesta del Caballo Ganador en uno de los descansos entre concierto y concierto, que nos explicó que el grupo está formado por varios músicos, cuyo número varía dependiendo de los días, y que en los conciertos son conducidos por un director de orquesta que también manda "actuar" al público asistente, integrándolos así en el espectáculo, ya bizarro de por sí, pues saltan al escenario sin ningún tipo de pauta establecida: free jazz, acid folk, rock clásico... al fin y al cabo, un grupo experimental. Todo da igual, no se respetan las convenciones y quizá por ello es uno de los grupos más arriesgados que existen en nuestro país; se produjo el reencuentro con los colegas de la universidad que viven en Castellón o alrededores; el encuentro, hasta dos veces en media hora, aunque muy fugaz, con Antonio Luque, cabeza pensante de Sr. Chinarro (que actua el sábado), uno de los mejores grupos españoles de la escena independiente; la foto que nos hicimos con el cantante de lo que fue el mejor grupo de largo de toda la noche, por brillar con luz propia, The Wave Pictures (en la foto de arriba), un concierto totalmente desgarrador. El cantante y guitarrista Dave Tattersall ofrecía uno tras otro un combo de riffs en cada canción como para quedarse atónito. Y quizá por ello fueron también los más aplaudidos de la fría noche del jueves.


Pero está claro que lo mejor de todo fue el increíble ambiente que se respiró durante toda la jornada musical: apenas 300 personas en un teatro clásico, con palcos de época, un lugar cuidado e íntimo, lo que reforzaba la calidad de la actuación, que sonaba increíblemente bien con unas reverberaciones que quitaban el hipo en el caso de The Wave Pictures o Retribution Gospel Choir. Estos últimos, tándem formado por tres fornidos hombres, uno de los cuales, Alan Sparhawk, su cabeza pensante, cantante y guitarrista es también el alma de uno de los grupos americanos que más sorprende cada vez que saca un nuevo y fresco álbum al mercado: Low.


Lo más cierto de todo es que teníamos claro lo que queríamos ver: sobre todo, a The Wave Pictures y Retribution Gospel Choir. Antes de todos estos tocaron Jana Hunter, The Struggles, Radar Bros. y otros, pero de 20:00 hasta casi las 22:00 podríamos hablar de un lapsus de tiempo, un encuentro con amigos y algo de alcohol que nos permitió olvidarnos de ir a ver alguna actuación posiblemente mediocre, e ir cuando estuviéramos preparados para gozar de lo que se nos venía encima.

Supongo que toda maravilla tiene su pero, y en este caso, el Tanned Tin peca de ofrecer muchos conciertos en poco tiempo, por lo que la actuación de The Wave Pictures, que duró una hora, supo a mucho por la grandeza del repertorio pero se quedó corto. Todo el público asistente reclamaba algo más de ellos, pues nos habían demostrado que todavía se puede creer.

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